ejercicio físico

Parkinson y ejercicio físico

Hacer ejercicio puede mejorar significativamente nuestra vida, y si tienes Parkinson, más aún. Numerosos estudios han demostrado que la actividad física regular ayuda a reducir tanto los síntomas motores como los no motores. La rigidez, los temblores y los problemas de equilibrio o marcha, la ansiedad, el estrés o la depresión, pueden mejorar con una práctica adecuada de ejercicio. 

Uno de los principales beneficios asociados al ejercicio es la Neuroplasticidad cerebral, que es la capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse. Hacer ejercicio favorece la liberación de sustancias esenciales para el cerebro, como la dopamina y el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF). Este último tiene la capacidad de penetrar en el cerebro y proteger las neuronas. Estos cambios neuroquímicos mejoran la función cerebral y potencian la memoria, la atención y la capacidad de aprendizaje. 

 El ejercicio también incremente la resistencia a nivel cardiorrespiratorio, lo que contribuye a disminuir la fatiga y favorece un descanso más reparador. Asimismo, realizar ejercicio de fuerza resulta muy beneficioso para mantener o mejorar la masa muscular. Además, se ha observado que este tipo de ejercicios ayuda a minimizar la bradicinesia (lentitud de movimiento) y a aumentar la velocidad de la marcha, lo que representa un gran beneficio para las personas con Parkinson. 

Es fundamental destacar que tanto la actividad aeróbica como el trabajo de fuerza son altamente recomendables para las personas con Parkinson. Sin embargo, no debemos olvidar la importancia del ejercicio físico terapéutico más específico: el entrenamiento de equilibrio y marcha. Este enfoque permite reducir el riesgo de caídas, aprender estrategias para superar bloqueos motores y mantener habilidades funcionales, como caminar y hablar al mismo tiempo (la doble tarea). 

Hay otros tipos de ejercicio más novedosos, como el Pilates, el tenis de mesa o el ballet, que también han demostrado tener numerosos beneficios tanto a nivel físico como psicológico. Además, estas actividades fomentan la interacción social, ofreciendo una vertiente más lúdica y colectiva que puede resultar muy estimulante para las personas con Parkinson.

La evidencia científica es contundente: realizar ejercicio físico es altamente beneficioso para las personas con Parkinson, tanto que podríamos considerarlo un elemento “de obligado cumplimiento” en el manejo de la enfermedad. Sin embargo, los estudios no siempre indican cuál es el ejercicio más adecuado o la cantidad precisa que se debe realizar. Es aquí donde la Fisioterapia y la figura del fisioterapeuta cobran especial relevancia, a través del ejercicio físico terapéutico. 

Gracias a una valoración inicial exhaustiva, el fisioterapeuta puede identificar las capacidades física y motoras individuales, y a partir de ello, determinar cuál es el mejor planteamiento de ejercicio. Este planteamiento, garantizará una práctica más segura y efectiva, ajustando la intensidad y la frecuencia para maximizar los beneficios que el ejercicio aporta a las personas con Parkinson. 

Si tú o tu ser querido tiene Parkinson, no esperes más para incluir el ejercicio físico terapéutico, en el día a día, y desde Parkinson Valencia podemos ayudarte a diseñar un plan adaptado y específico a tus necesidades. 

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